miércoles, 22 de julio de 2015

Conquista de América


El tratado delimitaba las zonas a conquistar por España y Portugal.



Los conquistadores

“Los conquistadores pertenecían a todas las clases sociales. Muchos eran de humilde cuna, desposeídos, hijos ilegítimos, vagabundos, no pocos eran hidalgos, jóvenes de buena familia pero sin mucho porvenir, y en vista de las fortunas espectaculares que se hacían en México y Perú, llegaron a América de manera desordenada sin promover una colonización provechosa de labradores y granjeros (...)”.

Richard Konetzke – “América Latina”


El Requerimiento


“De parte de muy alto y muy poderoso y muy católico... el gran Rey don Fernando de las Españas... [el Papa] como señor del mundo hizo donación de estas islas y tierras firmes del mar océano, a los dichos rey y reina... Así que sus Altezas son dueños y señores de estas islas y tierras firmes por virtud de dicha donación...
...Por ende, vos ruego y requiero que entendáis bien esto... y reconozcáis a la Iglesia por señora y superiora del universo mundo y al sumo pontífice llamado Papa, y al rey y a la reina en su lugar como superiores señores y reyes de estas tierras...
...Si no lo hicieres, certifico que con la ayuda de Dios, yo entraré poderosamente contra vosotros, vos haré la guerra por todas partes... y vos sujetaré al yugo y obediencia de la Iglesia y sus altezas y tomaré vuestras personas, y de vuestras mujeres e hijos y los haré esclavos y como tales los venderé...”.
 


La visión de los indígenas
 

Descripción de los españoles

“Por todas partes vienen envueltos sus cuerpos, solamente aparecen sus caras. Son blancas, como si fueran de cal. Tienen el cabello amarillo, aunque algunos lo tienen negro. Larga su barba es, también amarilla (...).
            Los soportan en sus lomos sus venados. Tan altos están como los techos (...).
            (...) Y cuando cae el tiro, una como bola de piedra sale de sus entrañas: va lloviendo fuego, va destilando chispas, y el humo que de él sale, es muy pestilente, huele a lodo podrido, penetra hasta el cerebro causando molestia.”

N. Wachtel – “Los vencidos”

 Moctezuma

          “Grandes montañas han llegado, moviéndose por la mar, hasta las costas de Yucatán. El dios Quetzalcoatl ha vuelto. Los indios besan las proas de los barcos.
            El emperador Moctezuma desconfía de su sombra.
-          ¿Qué haré? ¿Dónde me esconderé?
Moctezuma quisiera convertirse en piedra o palo (...). Quetzalcoatl, el dios barbudo, el que había prestado la tierra y las hermosas canciones, ha venido a exigir lo que le pertenece.
En antiguos tiempos, Quetzalcoatl se había ido hacia el oriente, después de quemar su casa de oro y su casa de coral. Los más bellos pájaros volaron abriéndole camino. Se hizo a la mar en una balsa de culebras y se perdió de vista navegando hacia el amanecer. Desde allí, ha regresado ahora. El dios barbudo, la serpiente emplumada, ha vuelto con hambre.”

E. Galeano – “Memoria del fuego 1”

Desengaño de los aztecas


       “¡Extraña conducta la de los dioses! Cuando los indios le ofrecen oro, manifiestan una alegría desenfrenada: ‘como si fueran monos, levantaban el oro, como que se sentaban en ademán de gusto, como se les renovaba y se les iluminaba el corazón’. Saquean el tesoro de Moctezuma, separan el oro de las joyas y de los escudos para fundirlo y repartírselo en lingotes (...)”.
N. Wachtel – “Los vencidos”





La expansión europea del siglo XV





Instrumentos de navegación utilizados en la época






La Ruta de la Seda